En tu mente tienes la dirección del mal, en tu piel residuos de vulgaridad mezclada sin sombra de piedad. Mentalmente estás sucia de poca verdad, rellena de saliva usada por fantasmas sin alma. Tus palabras escritas escupen el veneno de tus venas contaminadas por vicios de sustancias baratas y faltas de punto final.
¡Ay, mujer, cuánto poco valoras tu ser! Vives para dar placer y abstenerte de la grandeza de cambiar de ser amada y no amante. El que te creó te deja hueca… ¿Te cambio por algo mejor? ¡Esa es tu razón de vengar al que hoy te quiere decir que no sirves ni para servir!
Escucho tus ganas encadenadas por miedos, llenas de espinos. ¿Pagas el mal con tiempo real? Pobre cría que por poner tacones ya se cree ser la querida del ¡sexo regalado y mal pagado! ¿Cuándo, mujer, te levantarás y te desnudarás por limpiar, en vez de hacerlo para volver a ensuciar tu lamentable ser? Desgraciada con boca de libre opinión falsa, maltratada por quien te engendró, ¡el pecado del Mal!
Cuídate, límpiate, lávate, ríete sin ser prestada a tanta banalidad humana, que solo te usan para apagar su fuego interior. Tu desquicio es real, ya que no sé…
Por Saho