Porque abandonaste a tu Padre ¡Igualmente!

Soy tu padre, no tu esclavo, no tu colega de copas ni tu amigo de faldas engañosas. Me rompes el corazón con tu engaño y manipulación, tu chulería y tus sucias respuestas. Me he cansado de esta condenada situación de ser ¡el padre!

Ayer fue tu elección, esa que me rompió. Hoy soy yo quien te desprecia, quien ya no te llamará hijo, quien ya no estará en tu miserable mundo. Me desean soledad… lo que no saben es que soy amado y amo, no saben que tengo hijastros que me respetan más que mis lazos de sangre, que no convivo con envidiosos ni enfermos de rabia, que no visto marcas de plástico ni voy a tiendas de ¡nombres ingratos!

Quédate sí, con esa que tanto te complace, de primero egocentrismo y de segundo rabia. ¿Hijo de esa que será tu postre mañana? ¿Cuánto más vas a tolerar por interés? No más culpas. Yo he luchado, peleado, llorado y sacrificado para crear un ambiente familiar en el que tú pudieras estar. He privado a otros para premiar tus faltas de respeto, tus mentiras. ¡He pisoteado a otros para que tú, cabrón, ocuparas tu lugar! ¡Cuán ciego estaba!

Me he preguntado: ¿Qué hago contigo? ¿Te mato? ¡Una pregunta estúpida para callar los gritos concebidos por ti! ¿Dónde estabas tú, hijo? ¿Cuánta maldad más hay en tu interior, me privas de paz por vencer? Ayer ganaste, hoy has perdido a un padre… Yo estoy satisfecho y sanado. Tú vendrás hambriento, pero en ese momento solo encontrarás silencio. ¡Igualmente!

Por S.R.

¿¿¿Y si Fuera al Revés???

En algunas familias, el Papá es el que manda y comanda, mientras las mamis suelen ser más tolerantes e intentan tapar los errores del menor, ocultando verdades a los papis para que de esa forma las cosas se simplifiquen. En cambio el papel de una madrastra no es ocultar, es tragar ya que poner un defecto al hijo de otro es echar mierda a la relación, ¿esos padres que nos confían a sus hijos, cuándo los educan?

¿Cuánta responsabilidad se les quita por amor y cuánto hay que tragar y mendigar tiempo con ese Padre…? No hay duda de que no se puede competir con esos hijastros, más cuando vienen y van de aquí allá y de allá aquí. Yo en esas ausencias de esos hijos perdidos les llamo la ida y vuelta de la carretera del infierno, pues nunca sabes al regreso lo que te vas a encontrar.

¿Cuál sería el papel de ese padre? Pensaba que al no estar ese hijo a veces tan molesto que, con su mal comportamiento, riega la discordia y el cansancio a la pareja, todo sería más fácil. ¡Pero no! Ser una madrastra es más complicado que ser madre, ya que algunas tenemos la suerte también de tener hijos nuestros, educarlos, amarlos y quererlos. Si a eso le añades el mismo trabajo al hijo de la discordia, ¿quién te recompensa tanta generosidad?

¿Valorarán los hijastros algún día tal esfuerzo? ¿Y si fuera al revés, si tu pareja fuera el padre perfecto, lo haría por tus hijos? o ¿esto es una moneda que solo tiene una cara, la de su hijo?

Por S.R.