¡No juzgues y no serás juzgado!

En muchos momentos nos gusta vivir del criticismo, de las miserias de vidas ajenas, rodeándonos de maldad, de chismes… ¿Quién eres tú para pedir verdad a alguien? ¿Quién eres tú para dar consejo? ¿Quién eres tú para opinar de nadie?

¡Mírate, búscate, encuéntrate, habla de ti ante un espejo sin hacer de nadie tu sombra! Pobreza humana tenéis, cobardía e incluso infelicidad… Diablos y diablas, vestidos de pena sin gloria ni voz… Ignorantes de vuestra melancólica vida sin rumbo y sin temor a la piedad…

Pobres se llaman a todo aquel que vive en la ignorancia del qué dirán… Prueba la felicidad de ser capaz de reemplazar críticas por bienestar, rumores por certezas, consejos por lecciones, envidias por alegrías… Pruébalo a no desear más de lo que necesitas, prueba a ser más humilde que humano, logra tus sueños sin pisar al soñador, ama y aprende a ser amado, la vida siempre es más fácil cuando el corazón se alimenta de pureza y generosidad. ¡Lo pillas!

¡No juzgues más y no serás jamás juzgado!… Encuentra tu paz y serás recompensado… Recuerda que puede que en el silencio de tus palabras ¡reconozcas tu propia verdad!

Por S.R.