¡¡¡ Ya lo Sé !!!

¿Qué? ¿Cuándo lo sabes? Lo sabes todo, cuando alguien te lo dice, escuchas razones… Cuando alguien te las aclara, cometes errores mil veces porque estás sordo de oído y de pies. Nadie sigue tus pisadas, ni tu sombra, ni tus alientos… Pero tú, tú lo sabes todo. Y sabes que, no sabes nada… Por eso, te ahogas en el “Ya lo sé”…

Vas vestido de dudas, tu grandeza podrida de actos enmascarados, porque ¿tú lo sabes? No sabes escuchar tu riqueza como persona, no escuchas ni tus propios reproches, no sabes quién eres, no conoces la bondad y te crees grande por mendigar sabiduría, pero tú, ¿sí que lo sabes?

Si tanto sabes, ¿por qué estás hundido en la soledad? ¿Qué sentido tiene evitar la lealtad? ¿Por qué usas la vida de otros para poder hablar? Convertirse en un grupo de células muertas llenas de envidia y de incapacidad mental… No está en el libro del que sabe nada de… Ya lo sé…

Por S.R.

¿¿¿Y si Fuera al Revés???

En algunas familias, el Papá es el que manda y comanda, mientras las mamis suelen ser más tolerantes e intentan tapar los errores del menor, ocultando verdades a los papis para que de esa forma las cosas se simplifiquen. En cambio el papel de una madrastra no es ocultar, es tragar ya que poner un defecto al hijo de otro es echar mierda a la relación, ¿esos padres que nos confían a sus hijos, cuándo los educan?

¿Cuánta responsabilidad se les quita por amor y cuánto hay que tragar y mendigar tiempo con ese Padre…? No hay duda de que no se puede competir con esos hijastros, más cuando vienen y van de aquí allá y de allá aquí. Yo en esas ausencias de esos hijos perdidos les llamo la ida y vuelta de la carretera del infierno, pues nunca sabes al regreso lo que te vas a encontrar.

¿Cuál sería el papel de ese padre? Pensaba que al no estar ese hijo a veces tan molesto que, con su mal comportamiento, riega la discordia y el cansancio a la pareja, todo sería más fácil. ¡Pero no! Ser una madrastra es más complicado que ser madre, ya que algunas tenemos la suerte también de tener hijos nuestros, educarlos, amarlos y quererlos. Si a eso le añades el mismo trabajo al hijo de la discordia, ¿quién te recompensa tanta generosidad?

¿Valorarán los hijastros algún día tal esfuerzo? ¿Y si fuera al revés, si tu pareja fuera el padre perfecto, lo haría por tus hijos? o ¿esto es una moneda que solo tiene una cara, la de su hijo?

Por S.R.