Familias…

Pasan los tiempos, las leyes y las modas… Hoy gracias a esas familias de educación anticuada para muchos, son la salvación de muchos hogares… Es curiosa la amnesia que a algunos les traen los hijos. Nos quejábamos de una educación dura y ahora nos lamentamos de la poca vergüenza que tienen algunos. Muchos hipócritas aguantan más manías de los de fuera que de su propia familia, incluso se desvisten en críticas para tapar los fallos de otros que dicen ser ¡su familia!

Creo que se embriagan en su propia ira… Pagando en casa ya con gente nueva, cometen errores del presente ahogándonos en un pasado, intentando buscar sustituta, no una relación futura.

Cuidado con usar los valores de antes para desquitar una cobardía… La familia no es un hijo, marido, sino tus momentos de cimientos recordando quién fuiste. Por ello, jamás olvides quién eres, solo así sabrás tener el valor de aprender a valorar todo lo que, sin ser tuyo, se te ha regalado, hijos… ¿Familias?

Por S.R.

¿Buscando Razones?

A menudo intentamos crear razones para encontrar motivos que nos hagan tomar o no tomar esa decisión que puede cambiar o romper la estabilidad aparente, desafiar a otro tipo de rutina o quebrar esos miedos que creemos que hacen parte de nuestro día a día.

Hay sin duda personas que, por su inseguridad, falta de estima y personalidad cambiante, dejan de vivir sus vidas penosas dedicándose a la crítica ajena; al insulto vulgar y a las comparaciones odiosas. ¿Por qué ocurre tal desenlace?

En mi opinión, son las características de poca seguridad, es decir, cuando tenemos esa necesidad de hablar de los demás con rabia y odio, es simplemente por nuestro día a día, por cobardía al no ser capaces de decir quiénes somos, lo que somos y lo que buscamos.

Cuando tu vida es embriagarte de las desgracias ajenas es que tú ya has dejado de tener vida, eso solo te lleva a hablar mal de todos a querer para todos lo mismo que tú tienes. Es tanto el egoísmo que solo criticamos lo que reflejamos en otra persona; la que llama puta recordará su pasado, el que dice borracho será que antes fue alcohólico, etc…

Luego venimos pidiendo consejo, ¿para qué? Si uno es tan auténtico para destruir, para escupir, para criticar… ¿Qué consejo se le puede dar a tal genio? Tanto sabes de la vida de los demás que se te ha olvidado la tuya, intenta recordar antes de criticar quién eres y qué quieres, solo así podrás opinar tanto de la vida de los demás.

El que pide consejos no viva de opiniones.

Por S.R.

¿Perdonar, sin olvidar?

Pasamos por situaciones bastante críticas donde la frase “perdono pero no olvido” se hace notar cada vez más en nuestro vocabulario. Es de pena, pues si una no olvida no se libera jamás de ese dolor.

Si realmente buscamos el perdón, pedirlo desde el arrepentimiento y al contrario, si queremos perdonar esa petición de perdón hacerlo olvidando tal daño.

¿Cómo puedo perdonar que me rompan el corazón? Las lágrimas lloradas, los sueños que creamos, el pasado creado, las promesas de futuro… tanto construido y luego por una o varias traiciones todo perdido, frustrante ¿Cómo perdonar u olvidar eso? ¡Sí se puede!

Si ese amor es fuerte se puede, valorar todo lo que habéis creado juntos, todo lo vivido… esos momentos de risa, de amor, de ternura, recordando lo bueno se puede olvidar los fallos.

Nadie está libre de la tentación y menos de los fallos, recordar que nadie es perfecto y todo puede pasar de moda pero ese amor sigue estando, solo haz que vuelva la pasión.

Seas hombre o mujer el perdonar no es de cobardes, no se es menos por pedirlo ni por aceptarlo, sólo los valientes saben olvidar y sólo el amor sabe aceptar tal valentía.

Recordar siempre si vale la pena y si es así perdona y si es así pide perdón. Sin culpas, sin un disfraz, sin maquillaje. Hazlo de verdad… ¡¡seguir adelante!!

Por S.R.