Mentalmente…

En tu mente tienes la dirección del mal, en tu piel residuos de vulgaridad mezclada sin sombra de piedad. Mentalmente estás sucia de poca verdad, rellena de saliva usada por fantasmas sin alma. Tus palabras escritas escupen el veneno de tus venas contaminadas por vicios de sustancias baratas y faltas de punto final.

¡Ay, mujer, cuánto poco valoras tu ser! Vives para dar placer y abstenerte de la grandeza de cambiar de ser amada y no amante. El que te creó te deja hueca… ¿Te cambio por algo mejor? ¡Esa es tu razón de vengar al que hoy te quiere decir que no sirves ni para servir!

Escucho tus ganas encadenadas por miedos, llenas de espinos. ¿Pagas el mal con tiempo real? Pobre cría que por poner tacones ya se cree ser la querida del ¡sexo regalado y mal pagado! ¿Cuándo, mujer, te levantarás y te desnudarás por limpiar, en vez de hacerlo para volver a ensuciar tu lamentable ser? Desgraciada con boca de libre opinión falsa, maltratada por quien te engendró, ¡el pecado del Mal!

Cuídate, límpiate, lávate, ríete sin ser prestada a tanta banalidad humana, que solo te usan para apagar su fuego interior. Tu desquicio es real, ya que no sé…

Por Saho

¡¡Rupturas!!

Son tan agrias, y más cuando llevas años acunando la debilidad de otro. Sus infidelidades, pintando de rosa sus defectos, tapando su boca con cariño y su cuerpo con marcas de firmas caras, escuchando sus penas, paseando tu paciencia.

Cuando ves en su mirada el egoísmo de la maldad y te etiqueta como la mala, bañando tus ojos con lágrimas infundidas por su manipulación, para que de esa forma siga llenando su aliento de apariencias y culpándote de sus propias deficiencias. Déjalo.

Nadie merece ser retado por aquel que comparte una cama contigo durante años, quemando tu tiempo y tus sueños. Di ¡NO! Hay hombres que están para llenar cuentas, robándote momentos familiares de unión, solo para convertirse en un momento de atención. Di ¡Basta!

No dejes de ser tú nunca por tener a tu lado a alguien que no sabe ni quién es. Recuerda querido, que solo te crees marido o padre porque alimentas esa necesidad, pero en realidad, un buen marido no es aquel que te da un día de felicidad, es aquel que guía y lucha por una vida plena, llena de armonía y éxito familiar.

Ese que es agradecido por tenerte a tu lado y que valora lo que tú, mujer, le das de forma regalada: un hogar y un ¡saber amar! Más triste que romper es tener que aguantar y llorar.

Por S.R.

¿¿¿Cómo sonreír???

Con tantas malas noticias diarias, tantos sueños por cumplir, deseos por desear, gritos por escuchar, desafíos por pelear… ¡Cuando sonreír! Si uno espera que la vida sea un postre perfecto, ponte a cocinarlo y no olvides los ingredientes exactos. Si uno piensa que mañana será el día, recuerda que hoy es tu presente. Si uno espera un chiste para reír, es el momento de que busques la risa en ti mismo.

Amargos momentos nos quitan alegría, la soledad nos quita voluntad y esos tiempos donde la libertad era gratuita hoy son responsabilidades con costas. ¿Cuando sonreír? Cuando tu alma esté limpia, cuando el amor es real, cuando sientes el cariño verdadero.

¿Dónde está todo esto para poder cambiar una expresión por una reacción? Está dentro de ti, de mí, de todos, si haces de tu mente un inodoro… ¿Qué saldrá de tu boca? Recuerda sonreír siempre, incluso cuando tu sonrisa sea triste, porque más triste que tu sonrisa es la tristeza de no saber hacer… ¡Reír!

Por S.R.