Cruda y Amarga Realidad

Respeto a todos los padres que sufrimos sin poder demostrarlo para no confundirse con debilidad. Padres que pagamos la ausencia de nuestros hijos tras preguntarnos la culpa que les corresponde, incrédulos de su maldad aprendida y la nula compasión hacia nosotros. Entiendo que en medio de una guerra elijan la postura más cómoda pero pasar los límites que nos establecieron …

Recuerdos…

Ya entramos en esa época donde el corazón padece más que la razón, recordando una infancia o un tiempo, donde el mayor regalo era tener tu familia alrededor de una gran mesa, donde se vivía esa euforia de volver a ver esos primos lejanos, los abuelos, los padres, los titos y titas.