No juegues con ese dolor ajeno. No te burles del que hoy sufre o te pide ayuda, no seas inepta en sentimiento. No camines por caminos espinosos, no subas como amiga lo que otras han hecho como enemigas ya han bajado, no inventes ya lo inventado.
Ten piedad de ti misma, de tu mirada sucia, de tus mentiras peligrosas, de tu ego desgraciado, de tu vida triste. No las culpes por tu amargada vida a las que te brindan amor y comida, no escupas a quien te brindó una sonrisa.
¿Sabes qué? No te vendas como amiga cuando solo eres la creadora de rumores falsos llenos de liendres podridas para hacer daño. ¿Y crees tú que lo has logrado? Gente como tú pierde tiempo haciendo que otras ganen la grandeza de tu pobre e inútil batalla.
Por eso, ellas están en paz y tu locura truncada sigue de baja. Amiga mía, la maldad siempre se premia.
Créeme, amienemiga, la verdad te hará libre. ¡Algún día!
Por S.R.
“No las culpes por tu amargada vida a las que te brindan amor y comida“