Cuando escuchas el lamento, el dolor, el pavor en otra, ¿quién eres tú? Cuando te acuestas en sábanas de otra con el marido de esa, ¿quién eres? Cuando envidias la vida de una mujer, siendo tu mujer, ¿quién eres?
Dicen que la poca dignidad impide ver la realidad, ¡si esa misma película no pasa por ti! Ahí te conviertes en la víctima, sin darte cuenta que solo recibes lo que ayer has regalado sin mirar ese retrato de familia, de hogar ya construido por otra que tú has olvidado. Por ello te has ensuciado en argumentos como: Él es el casado, yo estoy soltera ¡puedo hacer lo que quiera! Seguro conmigo será diferente, yo le daré todo lo que su esposa no le ha dado, ¡Yo soy más y mejor!
Puedes, pero ¿debes? ¿Te gustaría estar en la piel de esa otra mujer? Seguro la respuesta será: ¡No! ¡Hay quien se lo hace a una hermana, madre, prima, amiga! ¿Eres realmente feliz o podrás serlo, haciendo ese daño confuso y coloreado de promesas incluidas, deseos carnales, juegos pasionales que solo puedes terminar en cama y dolor?
He ganado, ahora ya está conmigo, él me ama a mí, ¡ya es mío! ¿Lo es? Nadie será nunca tuyo cuando es compartido por lazos de alma. Nadie será tuyo porque te columpies sin parque. ¡Despierta mujer!, date tu propio valor, no te pongas precio, ni seas maliciosa, no seas hipócrita, no rompas nada por sexo, amiga ¡Despierta!, su corazón no será tuyo, sus lamentos sí te sonarán eternos… pues se cansará de polvos mágicos, ya sin gracias.
Luego valorará más su hogar, tú serás la siguiente abandonada, no por tus artimañas… sino por otra que escuche sus lamentos. Te darás cuenta de que no has ganado, solo has logrado dar felicidad a una mujer destrozada que ¡ahora sabe que no estaba bien casada! ¿Sabrás luego preguntarte si… valió la pena tal lucha? ¿Quién te quitará la pregunta de?… ¿sabes quién eres tú, ilusa diabla?
No juegues, ni compitas por lo mismo que te darán algún día, que tú siendo soltera hoy quieres cambiar, si él a su esposa le fue infiel contigo también lo será… Pregúntate: ¿Quién eres? o mejor, ¿Quién quieres ser?
Por S.R.
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