Muchas veces confundimos la buena o mala suerte con nuestras malas decisiones. Por eso, casi siempre buscamos un culpable. Somos cobardes cuando nos toca asumir nuestros errores. Sin embargo, sería valiente detenernos y reflexionar sobre por qué lo hacemos, ¡lo hacen!

Hay una gran diferencia entre ser y parecerte a quien tanto criticamos, !Si te dan algo en mal estado para comer! ¿lo comes? Sé la respuesta: depende o un ¡No rotundo!

Sea cual sea la respuesta haz lo mismo en tu día a día, no culpes al otro lo que tú eres, ya que ¡solo un cabrón reconoce a su semejante! Buena suerte ¡búscala!, ¿mala suerte? ¡Suéltala!

Por S.R.

Únete a la conversación

2 comentarios

Deja tu comentario:

  1. Una muy buena reflexión, es verdad que pocas veces asumimos nuestros errores ,y tenemos la ocurrencia de culpar a los demás,cuando somos dueños de nuestras decisiones, por lo tanto si lo hacemos bien ó mal es culpa nuestra no de los demás,vamos a ser sinceros y no miremos para otro lado si hemos actuado mal y carguemos nuestros fallos.