Ante todo, deciros que no es culpa de ellas, ¡es solo falta de tacto nuestra! Una mujer lleva en la mente mil cosas, nosotros solo dos: ¡sexo y dinero! Alguien me dijo una vez que si me dedicara a llevar el peso mental de una mujer, ¡entraría en un bucle!
En aquel entonces no lo entendía y pensaba, “si es solo sexo, no pido un maratón, solo quiero pasarlo bien un rato, me relaja”. ¡Error! Otro punto era que me negara siempre, uno se cansa de ser rechazado, dejas de pedirle y vas con otras mujeres, te desahogas y vuelves a casa. ¡Ignorancia!
Lo peor es recordarle el tiempo que llevas sin tener relaciones con tu mujer. ¡Egoísmo! Muchos creemos que las esposas son frías, frígidas y momias… ¡No! ¡Somos nosotros los que las volvemos distantes sexualmente! ¿Cuándo habéis hecho reír a vuestra pareja por última vez? ¿Cuándo fue la última escapada? ¿Cuál fue el último detalle con ella? ¿Os acordáis de todo lo que habéis luchado para lograr tenerla?
Nuestras mujeres necesitan excitarse, sentirse especiales y únicas. Hay que besarlas, tocarlas, sentirlas y, cómo no, escucharlas sin aburrirse, sin malas caras, etc.
Cuando hagas esas cosas, no le pidas sexo. Rompes con todo el momento y caes en una rutina que solo le producirá asco y se alejará de ti. En mi próximo escrito te contaré cómo lograr buen sexo en el matrimonio, ¡más calidad y más cantidad! Un saludo a todos.
Por Saho