Cuando su olor a alcohol llega a casa acompañado de pasos de terror, palabras dañinas y unos porqués sin razón, las amenazas terroríficamente te callan la boca, te acompaña el miedo de no saber cómo contestar a tales brutales censuras, en ese momento ¿quién te escucha? ¿Quién te ve? ¿Quién te ayuda?
¡¡¡Basta!!! Sí, te hablo a ti, a todos los que piensan que con sus puños cobran por sus errores y vidas frustradas, teniendo que hacer que el presente de un inocente termine en sangre… Primero los insultos sin más, luego llegan las patadas, el sonido de puertas, cristales rotos y tus lágrimas ensangrentadas, el momento es duro y piensas… ¿Por qué a mí?
En algunos casos te acompaña el llanto de tus hijos y la voz de tu alma. Recordar que nacemos de una Mujer, antes o después podemos tener una hermana, una hija o sobrina. Nadie es dueño de nadie, ciego es aquel que no quiere aceptar un final, cobarde quien termina con una vida por un rechazo, valiente quien acepta una decisión. Sí, se puede aceptar un No.
¡¡¡Basta!!! Yo grito ¡¡¡Basta!!! Esa es mi plegaria, mi oración es que se escuche ya el miedo, ¡el temor de no saber si se llega a mañana! No se pueden aceptar excusas del que por sus celos y obsesiones cobra a golpes de hierro el presente de un inocente.
¿Se puede? Denuncia, grita y reza porque alguien te escuche, yo rezaré por ti y por todas las mujeres que pasan por ello ¡¡¡Basta!!!
Por S.R.
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